Terapia Gestalt

La Psicoterapia Gestalt se encuentra dentro de la corriente de la Psicología Humanista y la Psicoterapia existencial.

La Psicología Humanista confía en el potencial humano, en que como personas tenemos una tendencia hacia la autorrealización y hacia la salud. Por eso, nuestra tarea como terapeutas consiste en ayudar a que cada quien desarrolle las propias potencialidades, lo que puede llegar a ser, su versión más saludable y autorrealizada.

La corriente humanista, así mismo, tiene una visión holística del ser humano: somos cuerpo, mente y emociones simultáneamente y un desajuste en cualquiera de los niveles afecta, y puede manifestarse, también en los otros. Desde la Psicoterapia Gestalt trabajamos poniendo foco en el nivel emocional principalmente, atendiendo también los otros niveles, buscando la integración.

La Psicoterapia Existencial parte de que los problemas y dificultades acontecen por el mero hecho de vivir. La existencia, las experiencias que vivimos, lo que nos sucede...además de alegrías, a veces nos causa crisis, angustias, malestares y dificultades... Esta angustia puede, y debe, ser transformada en el motor que nos lleve a la búsqueda del desarrollo y el crecimiento, que se traduce en felicidad.

Alcanzar conciencia nos ayuda a desarrollarnos, conocernos nos da libertad. Cuando no nos conocemos, no podemos saber qué necesitamos y por tanto satisfacerlo, y entonces enfermamos. Necesitamos escuchar las necesidades que tenemos en las diferentes dimensiones de nuestra vida, ver desde diferentes perspectivas, para ver la realidad completa. Hacernos conscientes de lo que se sentimos y de lo que hacemos es el primer paso para poder hacer cambios que nos favorezcan.

Cuando no somos capaces de adaptarnos a los cambios que acontecen en nuestra vida, enfermamos también. Nuestra manera de funcionar (de actuar, de pensar) se hace de forma automática, reactiva, no consciente. Es lo que llamamos hábitos. Los hábitos y costumbres, nuestras formas de ser y hacer, si bien nos mantienen en un espacio de confort (de seguridad), nos impiden abrirnos a la adaptación sana y creativa, al crecimiento. Y son también fuente de malestar y sufrimiento, porque lo que en un momento nos sirvió para adaptarnos, ahora no nos sirve. Necesitamos evolucionar, cambiar, junto con nuestras circunstancias.

La forma en la que nos constituimos y creamos nuestro carácter nos limita. Si examinamos cómo hemos ido forjando nuestro carácter con nuestras relaciones primarias (y posteriores también), y cómo seguimos reproduciendo o colaborando en que se mantenga aquello que nos hace daño, crearemos las condiciones para ver los pasos que podemos dar hacia una mayor realización personal.

Las personas poseemos los recursos y habilidades para vivir de una manera agradable, sana y satisfactoria. Necesitamos descubrirlos y aprender a ponerlos en práctica...

¡Crea tu página web gratis!